Por Evelin:
¡Ya voy hacer mamá! ¡Sólo me faltan dos semanas! Y la emoción me embarga totalmente. Es una alegría maravillosa, pero retrocediendo aproximadamente un año atrás, recuerdo que hubo sentimientos encontrados ante la gran decisión de traer un bebé a este mundo, pero ¿por qué?
Es muy conocido que las mujeres soñamos más con la llegada de un bebé a nuestra nueva familia en comparación a los hombres, si bien hay sus excepciones. Ese fue mi caso, aunque no fue una desmedida desesperación por ser mamá, ya que si recién te casas lo primero que quieres es disfrutar esa primera etapa de tu matrimonio con tu esposo y todavía no asumir una responsabilidad tan grande como la llegada de un bebé.
Previamente, antes de casarme me hice los chequeos médicos correspondientes. Recibí las recomendaciones del doctor para saber cómo debería cuidarme y no salir embarazada rápidamente (chicas, ¡esto es muy importante!) y así, después de escuchar a mi médico, solo tenía que ser responsable.
Después de siete meses de casada, mi período desapareció por aproximadamente dos meses, ¡estaba asustada! traté de no preocuparme mucho, ya que soy irregular, pero curiosamente empecé a tener sentimientos encontrados entre un ligero temor a quedar embarazada versus una ilusión que empezaba a crecer como el ser mamá. Entonces, me hice una prueba casera de embarazo y salió como resultado negativo. Sin embargo, y contra todo pronóstico, me estaba ilusionando por ser mamá.
En el fondo de mi corazón buscaba una respuesta afirmativa refiriéndome a la prueba, por lo que me hice un segundo examen, y también encontré un resultado negativo. Sentí una gran tristeza a pesar que no había planificado salir embarazada, pero ¿Por qué me sentía triste?
Te lo contaré en el segundo artículo…
¿Cuál ha sido tu experiencia?
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